PRECAUCIONES BÁSICAS Y OBLIGATORIAS AL TOMAR RAYOS UVA (EN 2009 LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD DECLARÓ CANCERÍGENO EL BRONCEADO ARTIFICIAL CON RAYOS UVA)
Los dermatólogos y los oncólogos llevan mucho tiempo advirtiendo de que la popularización de los rayos UVA y el crecimiento espectacular del cáncer de piel en las últimas décadas están estrechamente relacionados. En 2009, la Organización Mundial de la Salud consideró oficialmente cancerígenas para el ser humano las cabinas de bronceado artificial. En Australia y Brasil están prohibidas desde hace años y otros países se lo están planteando. Este reportaje explica qué son los rayos UVA, por qué son peligrosos, qué información deben recibir los clientes (la mayoría tiene entre 20 y 30 años y predominan las mujeres) y algunos consejos y precauciones básicas y obligatorias sobre su uso.
Según un estudio de la prestigiosa revista médica y científica estadounidense ‘Mayo Clinic Proceedings’, las personas que toman rayos UVA tienen un 74% más de posibilidades de desarrollar un melanoma, que es el tipo más agresivo de cáncer de cáncer de piel. Este riesgo se ha multiplicado por ocho entre las mujeres y por cuatro entre los hombres en los últimos cuarenta años. Los dermatólogos lo achacan a la popularización del bronceado artificial con radiaciones ultravioleta: los famosos rayos UVA. En el Estado español cada dos años se dobla el número de personas que desarrollan un melanoma. También es cierto que la tasa de mortalidad del cáncer de piel baja año tras año, gracias a la detección cada vez más precoz, en la fase curable, y a los avances en el tratamiento de los melanomas declarados.
Regulación legal en el Estado español
La venta y el uso de aparatos de rayos UVA en España están regulados por el Real Decreto 1002/2002. Entre otras obligaciones, este decreto establece que los profesionales que administran rayos UVA deben hacer previamente un curso teórico y práctico sobre las características y propiedades de las radiaciones ultravioleta y sus efectos sobre los diferentes tipos de piel. El certificado que acredita haber superado el curso es imprescindible para poder dedicarse al negocio del bronceado artificial.
Información obligatoria
El personal de los centros de rayos UVA está obligado a proporcionar (en carteles, en folletos, de palabra…) información clara y detallada sobre las radiaciones ultravioleta y sus efectos en la piel, sobre los diferentes tipos de piel y sobre los grupos humanos para los cuales están desaconsejadas e incluso prohibidas. Los rayos UVA oscurecen la piel al inducir la producción de melanina, el pigmento natural responsable del bronceado. Para ello, penetran profundamente en la piel y, aunque no queman, producen daños cutáneos a largo plazo. Los usuarios deben saber que el efecto de la radiación es acumulativo, que no desaparece con el tiempo, y que una intensa y repetida exposición provoca, como el sol, un envejecimiento prematuro de la piel y aumenta el riesgo de desarrollar un melanoma.
Estudio del fototipo de piel y “consetimiento informado”
Antes de la primera sesión, el centro debe hacer un estudio del fototipo de piel del cliente y su capacidad para recibir rayos UVA. Los fototipos van del I (piel muy blanca) al V (piel muy morena); cuanto más blanca es la piel más le afectan los rayos UVA. El último requisito antes de pasar a la cabina es la entrega de un documento informativo (sobre todos los aspectos citados) que el cliente debe firmar; es un “consentimiento informado” similar al preceptivo antes de las intervenciones quirúrgicas.
Prohibido hablar de efectos preventivos, paliativos, curativos…
la publicidad de los centros de rayos UVA tiene prohibido mencionar hipotéticos efectos preventivos, beneficiosos o curativos sobre cualquier enfermedad o dolencia. Aun así, no es difícil ver carteles que aseguran que los rayos UVA ayudan a reducir la ansiedad y el colesterol, que aumentan el flujo de oxígeno en la sangre y la libido, que mejoran el reúma, que contribuyen a prevenir o palían el acné, la soriasis, la osteoporosis…
Grupos y situaciones de riesgo
Los rayos UVA están totalmente prohibidos para los menores de 18 años. Los centros deben por tanto exigir el carné de identidad a los jóvenes. Los grupos riesgo para los cuales están desaconsejados estos rayos son: las personas con la piel muy blanca (con pecas, manchas…), las personas con antecedentes familiares y de cáncer de piel (y, por supuesto, las que hubieran tenido ya un melanoma), las mujeres embarazadas y las personas que estén tomando ciertos antibióticos, somníferos, antidepresivos o antisépticos, ya que aumentan la sensibilidad a las radiaciones.
Precauciones básicas al tomar rayos UVA
- Antes de someterse a los rayos UVA, consultar al médico o al farmacéutico si se está tomando algún medicamento que pudiera estar contraindicado.
- Antes de la sesión, limpiar bien la piel; retirar cremas, maquillaje, cosméticos…
- Retirar también joyas, lentillas, objetos metálicos (anillos, piercings…).
- Usar gafas de protección especiales y homologadas. Las gafas de sol corrientes no protegen contra las radiaciones ultravioleta, que pueden provocar inflamación de la cornea y cataratas.
- Asegurarse de que las máquinas estén cubiertas con una capa de plástico u otro material que se retira cada vez que la utiliza un nuevo cliente.
- No exponer los genitales a los rayos UVA.
- Seguir las recomendaciones sobre duración, intensidad y distancia a la lámpara de rayos UVA. En las primeras sesiones, no más de 4 minutos. En general, nunca más de 7-8 minutos.
- Hidratar la piel después de la sesión.
- Consultar al médico si después de tomar rayos UVA aparecen en la piel ampollas, heridas o enrojecimiento.
- No tomar el sol y los rayos UVA el mismo día.
- Dejar pasar 48 horas entre sesiones, especialmente entre las dos primeras.
- No tomar rayos UVA más de dos meses seguidos, y no pasar de entre 20 y 30 sesiones al año.
- Algunos dermatólogos recomiendan no superar nunca (en toda la vida, se entiende) las 100 sesiones de rayos UVA.
Todavía se detectan infracciones graves
El grado de profesionalidad y de cumplimiento de las normas por parte de los centros de rayos UVA ha ido mejorando notablemente en los últimos años, especialmente a raíz de la entrada en vigor, en 2003, del Real Decreto que regula la administración de las radiaciones ultravioleta para el bronceado humano. Eso no obsta para que todavía, según diversas fuentes, en algunos establecimientos se detecten infracciones importantes, como por ejemplo las siguientes:
- Ausencia de información obligatoria (la prohibición de tomar rayos UVA para los menores de 18 años, por ejemplo).
- Incorrecciones graves en la comprobación del fototipo de piel del cliente.
- Exhibición de carteles con “beneficios” de los rayos UVA para la salud.
- No preguntar al cliente por antecedentes familiares de cáncer de piel.
- Permitir entrar a las cabinas sin protección para los ojos.
- Permitir utilizar cremas aceleradoras del bronceado.
- Permitir dos sesiones seguidas de rayos UVA.
- No tener ni ofrecer pañuelos o toallitas desmaquillantes ni tampoco papel, plástico o esterilla desechable que impida el contacto del cuerpo con la máquina bronceadora.
- No informar sobre lo peligroso de tomar el sol y los rayos UVA el mismo día.
- No tener expuestos los precios de las sesiones.
- Carecer de los diplomas o acreditaciones pertinentes (los conceden las administraciones autonómicas, responsables de los cursos de capacitación) para manejar las máquinas de rayos UVA.