¿Aún no sabes qué y cómo reciclar? ¡Infórmate y acierta siempre!
Llevamos muchos años reciclando, un proceso para el que, en general, cada día observamos más brotes verdes de concienciación. Sin embargo, esporádicamente nos entran dudas acerca de los distintos tipos y colores de los contenedores. A continuación pasamos a resolverlas.
Existen 5 tipos de Colores en los contenedores de reciclaje, específicos para diferentes materiales. Conocemos al detalle qué va en cada uno. ¡Seguro que te son familiares!
- Amarillo: dentro de este, debemos depositar botellas y envases de plástico y metálicos (latas, bandejas de aluminio, aerosoles, botes de desodorante…) y briks.
Esto es importante, ya que un error muy común es pensar que todos los objetos fabricados con plástico se tiran en este contenedor. En el contenedor amarillo no deben desecharse juguetes de plástico, biberones, chupetes, utensilios de cocina o cubos de plástico. Todos estos productos deberán ir a los puntos limpios.
- Azul: es el destinado para envases de cartón y papel exclusivamente. Algunos de estos productos pueden ser envases de alimentación, calzado, productos congelados, papel para envolver o papel de uso diario.
Este contenedor suele ser el más fácil de distinguir y usar, aunque también se cometen algunos errores. El más habitual, tirar los briks que, como veíamos anteriormente, deben depositarse en el contenedor amarillo, ya que están compuestos por cartón, plástico y aluminio.
- Verde: debemos depositar botellas de vidrio, frascos de vidrio (perfumes o colonias) y tarros de alimentos (mermeladas, conservas, etc).
Por supuesto, en este contenedor también hay algunas meteduras de pata. La más importante, ¡es que debemos diferenciar entre el vidrio y el cristal! Es común pensar que en el contenedor verde deben tirarse bombillas, espejos, ceniceros, vasos o vajillas, pero todos estos productos deben llevarse a puntos limpios o a centros de recogida.
- Marrón: también conocido como el orgánico, surge como división del contenedor gris. Es curioso saber que no existe en todas las Comunidades Autónomas. Euskadi está entre las pioneras, junto a Navarra, Cataluña o Madrid.
En este contenedor deben depositarse los restos de alimentos como pieles de frutas, espinas de pescado, plantas, cáscaras de huevo o posos; también servilletas y papel de cocina usados. Todos los restos depositados en el contenedor de restos servirán para hacer compost que se usará como fertilizante y generador de energía. Los fallos más comunes suelen estar en tirar objetos de cerámica, pañales, colillas, chicles, toallitas húmedas, arena para mascotas…
- Gris: es el adecuado para tirar todos aquellos residuos que no se reciclan ni pueden utilizarse para hacer compost. Todo aquello que desconozcas dónde desecharlo, la respuesta más común es este gris (o de restos).
En este contenedor se depositan materiales como juguetes, biberones, chupetes, utensilios de cocina, pañales, objetos cerámicos, arena para mascotas, pelo, polvo, colillas, etc. Es decir, todo aquello que no puede ser reutilizado. Muchos de los objetos que depositamos en el cubo gris podrían tratar de repararse o llevarse a un punto limpio. No obstante, puedes informarte en tu ayuntamiento por si alguno de los objetos tuviera alguna recogida diferente.
Uno de los elementos que más contamina son las pilas y baterías. Sus depósitos son pequeños y en algunos casos se ubican al lado de los de vidrio. Además, son fundamentales los contenedores de ropa, dando a prendas la oportunidad de un segundo uso en mercados de segunda mano, como donativos solidarios o convirtiendo las telas en materia prima reciclada.
Por último, y no menos importante, disponemos de el de aceite. Se estima que por cada litro que se tira por el fregadero se contaminan 1.000 litros esenciales de agua. Las estadísticas anuales sobre el consumo sitúan la media de desechos de aceite por hogar entre 18 y 24 litros. Deposítalo en un envase, identifica el punto más cercano de recogida en tu núcleo urbano o municipio y ¡marca un tanto extra en favor del medio ambiente!