EKA/ACUV deshace la venta a domicilio a una señora mayor incapacitada de una manta de

Los vendedores de ‘productos milagro’ a domicilio y a precios de escándalo no cesan en su búsqueda de víctimas fáciles, como suelen serlo las personas mayores, más aún si viven solas. Ese es el caso de la socia de EKA/ACUV A.V.B., que se encuentra incapacitada judicialmente por su merma de facultades y vive sola en un apartamento tutelado en Vitoria-Gasteiz.

El pasado 17 de octubre se presentó en su domicilio un vendedor de la empresa Caraf Hogar y Descanso que consiguió que A.V.B. firmara un contrato de compra de una manta de “imatoterapia” modelo Itash por valor de, ¡atención!, 1.695 euros. ¡1.695 euros una manta! La señora pagó en metálico 300 euros al momento de la firma y el resto lo pagaría a plazos.

Nuestra socia está tutelada por una de sus hijas, que la representa legalmente, administra sus bienes y periódicamente supervisa sus datos patrimoniales. Y fue en una de esas revisiones cuando la hija descubrió la domiciliación de un pago a la entidad financiera Cofidis y la compra en la que se había metido su madre. Inmediatamente llamó a Caraf Hogar y Descanso y a Cofidis, a quienes explicó la situación de su madre y les pidió que deshicieran el contrato. No la creyeron, no dieron marcha atrás, y la hija de A.V.B. ordenó al banco de su madre que rechazara los recibos de Cofidis, que a partir de entonces empezó a reclamar incesantemente, con llamadas telefónicas constantes, el pago de los recibos.

La pesadilla llegó a su fin cuando A.V.B. y su hija acudieron a EKA/ACUV y una de nuestras abogadas, insistiendo en la incapacitación de la compradora, exigió a Caraf Hogar y Descanso y a Cofidis la anulación del contrato y la devolución de los 300 euros pagados, con la consiguiente devolución por parte de A.V.B. de la manta de “imantoterapia” de precio tan estratosférico. Y así ocurrió finalmente, aunque Caraf Hogar y Descanso se resistiera un poco esgrimiendo que “la señora aparentaba estar muy bien”.

EKA/ACUV aconseja rechazar cualquier oferta de productos o de servicios que toque a nuestra puerta, especialmente en el caso de artículos presuntamente terapéuticos. La venta a domicilio suele conllevar altas dosis de agresividad comercial y genera muchas quejas y reclamaciones de los consumidores. Recordamos de paso que en la venta a domicilio y también por Internet los consumidores pueden ejercer el derecho de desistimiento, es decir deshacer la compra o la contratación, en el plazo de 14 días naturales y sin necesidad de justificar su decisión.

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