EKA/OCUV alertó a Kontsumobide y a la AVC de la especulación con el aceite de oliva
En previsión de una mala cosecha este invierno, productores y distribuidores empezaron en mayo a encarecer el aceite de oliva.
El pasado 17 de septiembre, EKA/OCUV envió sendas cartas a Kontsumobide (Instituto Vasco de Consumo, del Gobierno vasco) y a la Autoridad Vasca de la Competencia alertándoles sobre el inusitado encarecimiento que sobre todo a partir de mayo estaba sufriendo el aceite de oliva en general y el aceite de oliva virgen extra (AOVE) en particular en los puntos de venta en la CAV, con incrementos de hasta el 60% en apenas cinco meses. Botellas de litro de varias marcas que en hasta mayo costaban entre 3,30 y cuatro euros se estaban vendiendo a primeros de septiembre a entre 5 y 5,5 euros.
EKA/OCUV había consultado con varias almazaras y su respuesta fue que el encarecimiento de los precios en origen buscaba “evitar el desabastecimiento” ante la previsión de que la próxima cosecha (la de este invierno 2015-2016) fuera mala por efecto de la sequía acumulada en los primeros meses de este año.
“Entenderíamos que la próxima cosecha, si resultara tan mala como prevén, diera lugar a subidas de precios, pero no que los estén subiendo ya desde la primavera”, decía la advertencia de EKA/OCUV a los citados organismos. “Nos parece que se han puesto de acuerdo para estos aumentos sin tener en cuenta otras posibles acciones, como importaciones puntuales”.
Según estudios de otros organismos a nivel estatal, el encarecimiento especulativo del precio del aceite de oliva refinado, el que más se consume, empezó en mayo de 2014, con una subida del 24% hasta mayo de este año; y entre mayo y agosto el precio subió un 21% más.
Sólo en septiembre de este año tuvo un incremento añadido de casi el 6%. Y todo ello en previsión de una posible mala campaña 2015-2016 que en absoluto puede asegurarse a tantos meses vista de la cosecha.
Todas las organizaciones de consumidores que se han manifestado públicamente sobre este asunto han expresado su convencimiento de que estos subidas de precios en un producto básico en todos los hogares tienen más que ver con la especulación pura y dura que con una escasez real del producto.