CONSIDERACIONES PARA AFRONTAR UNA CIRUGÍA ESTÉTICA EN CONDICIONES

Crece el interés y el uso de la medicina estética en el estado. En 2021 se realizaron cerca de 900.000 tratamientos médico-estéticos y la lista de espera a finales de 2022 reflejaba un aumento del 11% respecto al año anterior.

Sin embargo, es sabido que este tipo de procesos no están exentos de riesgos. Las principales amenazas para los pacientes que deciden aplicarse una cirugía plástica o un tratamiento estético, pasan por las promesas low cost y el intrusismo profesional.

A la hora de plantearnos una cirugía plástica, es imprescindible tener en cuenta en manos de qué profesional nos ponemos y el espacio en el que las realiza. Cuando escogemos al especialista, hay que verificar que es una persona titulada en cirugía plástica y reparadora, comprobando que lo ha conseguido por el procedimiento legalmente establecido en nuestro país. Incluso, es conveniente también llamar al colegio del personal médico de la provincia correspondiente para ver si se trata efectivamente de un profesional acreditado.

Asimismo, y después de haber valorado realmente la necesidad de dicha cirugía, es recomendable igualmente visitar numerosas clínicas, constatar las soluciones que contemplan unas y otras y contrastar con los presupuestos que nos ofrecen. A partir de ahí, podremos depositar nuestra confianza en base a una de las líneas de ejecución que se encuentre dentro de un equilibrio en cuanto a precio y características del proceso, y descartar aquella que nos parezca que no se ajusta a costes y resultados realistas (no olvidemos las sabias expresiones de nadie da duros a cuatro pesetas, o lo barato sale caro).

Si bien es cierto que en el sector los centros y clínicas hacen en ocasiones ofertas puntuales, como en tratamientos de aparatología para que los pacientes prueben nuevos servicios, hay que saber diferenciarlas de las súper promociones (en definitiva, desconfiar de aquellas demasiado golosas para el bolsillo).

Valora rigurosamente los pros y contras

Cuando optamos por una operación quirúrgica de estas características, debemos evaluar que el entorno sea el adecuado y con los recursos apropiados (quirófanos, personal de enfermería y anestesistas cualificados, herramientas, equipos de protección, sala de posoperatorio…). Pensemos que estamos asumiendo los mismos riesgos que cuando nos intervenimos de algo totalmente necesario o médicamente aconsejable.

La comunicación con el cirujano es primordial a través de consultas previas. Ofrecer al paciente técnicas que simulen los resultados aclaran muchas dudas y ofrecen información al cirujano sobre las espectativas de cada paciente, como ocurre en la simulación virtual.

Adquiere especial importancia la obligación de información, ya que el paciente va a someterse a un tratamiento voluntario, sabiendo a ciencia cierta los riesgos que corre. Es fundamental que el doctor explique al paciente, con la suficiente antelación, qué riesgos conlleva la realización de la intervención. Esta información ha de ser verbal, pero ha de constar también por escrito mediante el documento de consentimiento informado. Hay que tener en cuenta que no solo ha de referirse a los riesgos generales de la intervención, sino también a aquellos específicos que que puedan afectar concretamente a ese paciente.

Turismo estético, una preocupación inminente

El mes pasado el Ministerio de Asuntos Exteriores advertía de las cuatro personas españolas fallecidas tras viajar a Turquía, destino de moda para los que se quieren hacer operaciones estéticas a un precio asequible. Por ejemplo, una reducción de estómago o un trasplante capilar cuestan tres veces menos que en España. En cambio, a veces estos procedimientos se hacen sin cumplir con las garantías sanitarias de los países europeos.

Con respecto a esta “moda” que ha adquirido tal auge en los últimos tiempos, por tanto, desde EKA/ACUV lanzamos el mismo mensaje. Por mucho que el marketing proveniente del extranjero sea goloso, deberemos considerar por encima de todo la calidad asistencial. Estamos fuera de nuestro ámbito habitual (en otro país), por lo que hay que ser más escrupuloso si cabe y estudiar a fondo todas estas cuestiones. Así, es aconsejable solicitar que nos dejen por escrito constancia de los métodos que se van a emplear en la intervención, las contraindicaciones y los riesgos existentes. Antes de la operación, deben realizarse una serie de exámenes preparatorios que demuestren que la persona está en condiciones de afrontarla.

Peligros como las hemorragias, la mala cicatrización y curación de heridas, los efectos por la anestesia o las infecciones pueden ser disminuidas hablando con nuestro médico. Factores como el tabaco, el sobrepeso, la edad, el consumo de drogas o el uso de medicación influyen a gran escala en el resultado de una operación de estética. El Dr. Escariz, especialista del Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora en el Hospital Doce de Octubre de Madrid, advierte de que el tabaco supone un importante riesgo en las operaciones. Explica que el resultado depende en gran medida del buen estado de la piel y tejidos superficiales, ya que estos se alimentan a través de la microcirculación que es la que les nutre y oxigena. Está comprobado que las personas fumadoras sufren más y peores complicaciones en las cirugías: Necrosis de tejidos, rechazos de prótesis, rechazos de puntos (las heridas se abren), decoloración de cicatrices, entre otras.

Ten siempre en mente

Guarda cada uno de los documentos e informes que se elaboren desde el principio hasta el final del proceso. Es vital en caso de tener que reclamar -y más en asuntos de salud, especialmente sensibles- para que el requerimiento surta sus efectos.

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