Cada año, a finales de octubre, vemos cómo cada vez más escaparates, centros educativos y calles de nuestro barrio o pueblo se tiñen de calabazas, telarañas de plástico y disfraces de lo más variopintos. Es una realidad: Halloween hace ya tiempo que se convirtió en un fenómeno global.
Lo que todavía mucha gente no sabe es que, en Euskal Herria, tenemos también nuestra propia tradición. Su nombre es Gau Beltza, y está más vinculada al final de las cosechas y a la llegada del invierno. Dos caras de una misma moneda: una festividad importada con un marcado componente comercial y una tradición popular que reivindica raíces y comunidad.
Desde EKA/ACUV, ya seas más de Halloween o de Gau Beltza, creemos que es un buen momento para reflexionar sobre cómo consumimos en estas fechas. Moviéndonos, siempre, entre la diversión, la seguridad y la sostenibilidad.
El disfraz: creatividad frente al fast fashion del miedo
En Halloween, la mayoría de disfraces están pensados para usarse una sola vez y acaban en la basura al día siguiente. Frente a esto, podemos optar por alternativas más creativas y sostenibles: reutilizar ropa vieja, compartir disfraces con amistades, acudir a asociaciones que organizan intercambios o utilizar plataformas de compra y venta de productos de segunda mano, como por ejemplo Vinted.
¿Un extra? La Gau Beltza ofrece un imaginario propio, mucho más conectado con nuestra cultura, que puede ser una fuente de inspiración para pequeños y mayores.
Dulces, sí… pero con información clara
El “truco o trato” ya es costumbre en muchos barrios, y eso implica kilos de golosinas. Aquí la clave no está solo en controlar el azúcar, sino en asegurarse de que los productos estén correctamente etiquetados y cuenten con fecha de caducidad visible.
Por darle un apunte original al tema de los dulces, recuerda que también se pueden repartir opciones caseras o locales, como galletas artesanas, que reducen envases y apoyan al comercio de proximidad.
Fiestas y entradas online: el susto puede venir después
Halloween es una excusa perfecta para organizar fiestas temáticas, pero ojo: cada año aumentan los casos de entradas falsas, plataformas poco fiables o cancelaciones sin aviso. Antes de comprar, recuerda revisar siempre que la web tenga garantías, busca opiniones y comprueba las condiciones de devolución.
Además, en estas fechas también proliferan los falsos sorteos en redes sociales que prometen entradas gratuitas o premios fáciles. Suelen ser un anzuelo para obtener tus datos personales o dirigir a webs fraudulentas. Por ello, desconfía de los enlaces sospechosos, fíjate en que el perfil organizador sea oficial y recuerda: si algo parece demasiado bueno para ser cierto, probablemente no lo sea.
Más allá de las compras: recuperar el sentido comunitario
Halloween es una festividad que, en su esencia, fomenta un consumo rápido y masivo. Gau Beltza, en cambio, se articula a través de una idea más vinculada con la comunidad: salir al barrio o al pueblo, cantar canciones tradicionales, compartir alimentos. Apostar por este modelo no solo es más sostenible, sino que refuerza los lazos sociales y culturales frente al consumo individualista.
Una noche divertida, consciente y segura
Sí, es cierto, es muy importante que los disfraces tengan marcado CE, que los maquillajes sean aptos para la piel y que las velas no supongan un riesgo de incendio. Pero también lo es recordar que el consumo responsable no está reñido con la diversión.
Y es que, celebrar Halloween o Gau Beltza de manera consciente significa, básicamente, disfrutar sin caer en trampas comerciales, cuidando tanto de nuestra salud como del entorno.
